domingo, 1 de septiembre de 2019

EL DEDO DEL INDIO PATAGÓN


#PUNTAARENAS

Una creencia popular para todo aquel que visita la comuna de Punta Arenas es pasar por la plaza Muñoz Gamero de dicha ciudad y besar el pie del indio que adorna parte del monumento a Hernando de Magallanes, pero ¿sabemos cuál es el origen de esta práctica?
Cuenta la historia que un marino de origen español estaba descansando bajo el monumento, cuando de pronto, su vista se fijó en el fornido indio patagón que adorna un costado del monumento. Pensó que bien se vería bien la figura tatuada y decidió hacerlo. Buscó un especialista y éste realizó una verdadera obra de arte en su cuerpo, tanto que cuando el marino se movía, el cuerpo del patagón parecía cobrar vida y devolverle la mirada.
Una vez terminado el tatuaje, el marino se acercó al espejo y se preguntó si lograría alcanzar las metas propuestas, con la sorpresa de que el dedo gordo del pie del indio se agitaba afirmativamente.
Imagen: www.icarito.cl
Satisfecho, fue a prepararse para embarcar y cuando estaba frente al indio Patagón lo miró y señaló: “Aquí te llevo amigo, quiero ser tan fuerte como tú y que no me entren balas”. Acto seguido, le tomó el pie y le dio un beso en el dedo gordo. “Ayúdame, dame suerte”.
Tiempo después, el marino volvió a Punta Arenas, feliz y contando todo lo bien que le había ido, y que mucho de eso se lo debía al Indio Patagón, que era su guía en las decisiones que tomaba.
Y es por ello que ahora, quienes pasan por la estatua, acostumbran a besar el pie del indio, implorando protección y ayuda.
Hubo en otra ocasión, una mujer que, perseguida por las deudas, escapó de su natal Santiago y se escondió donde su hermana, que vivía en Punta Arenas. Ella le contó que la gente besaba, a modo de rito, el dedo del indio Patagón. La mujer, que al comienzo no creyó lo que le contaba, pero como no tenía nada que perder y la desesperación crecía y crecía, recurrió como última instancia al indio “Sácame de este entuerto. Si me ayudas, volveré a verte cada año”. Dijo, mientras tocaba su pie, y besaba el  dedo gordo.
Decidida a enfrentar su destino, la mujer volvió a Santiago. Cuando se encontraba en la terminal, compró un billete de lotería, con tan buena suerte que acertó al premio mayor y pudo solucionar sus problemas. Desde entonces visita una vez al año al patagón para agradecerle.
Y es por lo anterior que las personas que visitan la estatua del indio patagón tocan su pie si desean el éxito y la prosperidad y quienes lo besan lo hacen para volver al fin del mundo. //OA

No hay comentarios.:

Publicar un comentario