#PUNTAARENAS
Una creencia popular para todo aquel que visita la comuna de
Punta Arenas es pasar por la plaza Muñoz Gamero de dicha ciudad y besar el pie
del indio que adorna parte del monumento a Hernando de Magallanes, pero
¿sabemos cuál es el origen de esta práctica?
Cuenta la historia que un marino de origen español estaba
descansando bajo el monumento, cuando de pronto, su vista se fijó en el fornido
indio patagón que adorna un costado del monumento. Pensó que bien se vería bien
la figura tatuada y decidió hacerlo. Buscó un especialista y éste realizó una
verdadera obra de arte en su cuerpo, tanto que cuando el marino se movía, el
cuerpo del patagón parecía cobrar vida y devolverle la mirada.
Una vez terminado el tatuaje, el marino se acercó al espejo
y se preguntó si lograría alcanzar las metas propuestas, con la sorpresa de que
el dedo gordo del pie del indio se agitaba afirmativamente.
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Imagen: www.icarito.cl |
Satisfecho, fue a prepararse para embarcar y cuando estaba
frente al indio Patagón lo miró y señaló: “Aquí te llevo amigo, quiero ser tan
fuerte como tú y que no me entren balas”. Acto seguido, le tomó el pie y le dio
un beso en el dedo gordo. “Ayúdame, dame suerte”.
Tiempo después, el marino volvió a Punta Arenas, feliz y
contando todo lo bien que le había ido, y que mucho de eso se lo debía al Indio
Patagón, que era su guía en las decisiones que tomaba.
Y es por ello que ahora, quienes pasan por la estatua,
acostumbran a besar el pie del indio, implorando protección y ayuda.
Hubo en otra ocasión, una mujer que, perseguida por las
deudas, escapó de su natal Santiago y se escondió donde su hermana, que vivía
en Punta Arenas. Ella le contó que la gente besaba, a modo de rito, el dedo del
indio Patagón. La mujer, que al comienzo no creyó lo que le contaba, pero como
no tenía nada que perder y la desesperación crecía y crecía, recurrió como
última instancia al indio “Sácame de este entuerto. Si me ayudas, volveré a
verte cada año”. Dijo, mientras tocaba su pie, y besaba el dedo gordo.
Decidida a enfrentar su destino, la mujer volvió a Santiago.
Cuando se encontraba en la terminal, compró un billete de lotería, con tan
buena suerte que acertó al premio mayor y pudo solucionar sus problemas. Desde
entonces visita una vez al año al patagón para agradecerle.
Y es por lo anterior que las personas que visitan la estatua
del indio patagón tocan su pie si desean el éxito y la prosperidad y quienes lo
besan lo hacen para volver al fin del mundo. //OA
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