#CHILOE
Frente a las costas del extenso sur chileno, una embarcación
poco común se deja ver de vez en cuando surcando los mares y canales del sur de
Chile. De él se tejen las más interesantes historias. Es el barco fantasma más
reconocido de nuestra oralidad, y sus avistamientos varían desde las costas de Tirúa
hasta el Cabo de Hornos, aunque se sabe que de preferencia circula frente a las
costas chilotas, ya sea de Castro o Quicaví, donde se encuentra la cueva de los
brujos. Algunos dicen que es posible
verlo en años bisiestos, pero que es muy esquivo con quienes lo ven, y para
aquellos que reparan en su presencia, las secuelas físicas y psicológicas son
inmediatas.
Sobre el origen del término, se dice que “Caleuche”, derivaría de Caleutún, que en vocablo mapuche
significa “mudar de condición” o “gente
mudada”, aunque hay otra versión que asocia el barco al Calanche, una
embarcación de bandera holandesa que naufragó en las costas del sur de Chile.
Imagen: www.hablemosdemitologias.com |
Entre los rasgos más atractivos que se le da al Caleuche,
está el que señala a un barco que tiende a aparecer en las noches cerradas, y
que, envuelto en una espesa neblina que da a paso a una luminosidad
indescriptible, se le puede ver trasladándose, a una distancia mínima del mar,
casi como si levitara. En el interior del barco, música muy armoniosa, luces y
el ambiente inconfundible de la fiesta llama la atención del que está mirando. Pero cuidado, pues, si los tripulantes, que dicho sea de paso, son
brujos, o náufragos, lo alcanzan a ver, pueden causar una serie de males al
observador, males que van desde el dolor de cabeza intenso, pasando por el
desmemoriar, hasta la deformación
física.
Estos tripulantes, se caracterizan por andar en un solo pie,
pues el otro lo llevan atado a la espalda, hecho que les hace dar brincos de
popa a proa. Estos marineros, cuando se les presentan imágenes religiosas,
tienden a no mirar de frente, agachando la cabeza y evitar el contacto visual.
Son varios los casos en que los mismos parientes, tras ver a
los tripulantes del buque de artes, como también es llamado, reconocen a
familiares que han fallecido en el mar. Es el caso de una mujer que reconoció
la voz de un hermano que murió a corta edad tras ahogarse en la playa.
Temerosa, pero a la vez intrigada, vio como la figura de quien había sido su
hermano y desaparecido hace varios años brincaba en el barco, a una corta
distancia de la costa. Pero los miedos producidos por las historias escuchadas
solo la hicieron observar sin interferir. Tras un rato, el buque izó sus
banderas y desapareció velozmente mar adentro.
Imagen: www.icarito.cl |
Otro detalle del Caleuche es su increíble capacidad de
transformación, pues tiene la capacidad de hundirse y convertirse en cualquier
objeto, como troncos, rocas y basura que se mueven entre las olas. En esos
casos, sus tripulantes se vuelven aves o animales marinos. Es por estas mismas
capacidades que el buque cumple con la misión de rescatar náufragos, bajo la
promesa de que los rescatados no señalen quienes fueron sus salvadores, a
riesgo de sufrir tortura y muerte.
Se comenta que el Caleuche es un barco que obra trasladando
mercancías, las que entrega a ciertas personas que han hecho pacto con sus
tripulantes. La forma más simple, y a la vez más cruel de pactar con el
Caleuche es entregar el alma de un hijo a cambio de prosperidad económica. Sólo hay que hacer que el hijo en cuestión se
pierda en el océano. Ocurrió en una ocasión que el joven primogénito de un
pescador, un día salió a laburar muy temprano por la mañana, cuando de pronto
una tormenta se hizo presente. Al día siguiente, sólo apareció el bote, y ni
rastros del cuerpo. Cuando hallaron los restos de la chalupa, otros pescadores
fueron a avisar rápidamente al padre, que lejos de estar preocupado, se limitó
a sonreír. Desde ese día, el padre comenzó a generar más dinero que el resto. Y
algunos decían que cada noche partía a una playa alejada, donde lo estaban
esperando con mercancías, que luego subía a sus bueyes y llevaba a vender. Un
día, simplemente desapareció el padre y no quedó rastro alguno de su presencia
en la casa.
Las historias cuentan que si se realiza un pacto como este,
el hijo puede volver a visitar a su familia una vez al año, pero que el regreso
nunca es igual, pues el tiempo en el Caleuche lo va idiotizando. Este pacto
tiene una duración de cien años, prácticamente toda la vida, lo suficiente como
para pensarlo bien antes de llevarlo a cabo.
Se ha asociado el buque de artes con una serie de desgracias
que han asolado a los pueblos del sur, debido al carácter vengativo que tienen
los tripulantes, quienes se ensañan con aquellos que observen al buque. Así, se ha culpado al Caleuche de Incendios,
erupciones volcánicas, terremotos cada vez que sus miembros han sido atacados,
cuando se hallan en otras formas. Como sucedió una vez que un grupo de
pescadores atacaron a un lobo de mar, que resultó ser un tripulante del
Caleuche. La venganza no se hizo esperar, y el volcán Calbuco pronto hizo
erupción//OA.
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