domingo, 18 de agosto de 2019

LAS VÍCTIMAS DE QUERONQUE


#LIMACHE

La última gran tragedia ferroviaria que afectó a nuestro país ocurrió en Limache, en el año 1986, en Queronque, donde dos trenes impactaron frente a frente, en un accidente que tuvo como consecuencia una cantidad aún no precisada de fallecidos, pues carabineros de la época cifró en sesenta y tres los muertos, mientras que los rescatistas que estuvieron en el lugar indicaron que fueron en realidad más de cien los fallecidos y centenares de heridos, muchos de éstos últimos con lesiones de carácter grave.
Este hecho acabó con el prestigio que hasta entonces poseía este medio de transporte y catapultó para siempre cualquier intención de expandir o mantener esta forma de conectar Chile. Si bien ha pasado el tiempo, el lugar parece haber quedado marcado por la tragedia. Prueba de ellos son las múltiples apariciones que se destacan en la zona en que ocurrió. Por ejemplo, a la altura del puente de fierro, que cruza el estero de Limache, se aparece una monja que flota por las aguas del estero vestida con sus hábitos blancos, con manchas de sangre. Habría sido una de las personas que fallecieron en el accidente y que buscan una explicación a su abrupta partida. También a la e el callejón de Los Duraznos se aparece un fantasma de una esposa infiel junto a su hijo, quien era la esposa de uno de los fallecidos que, al enterarse de la tragedia, se volvió loca, mató a su hijo y luego se suicidó. En la Quebrada de La Vieja, se aparece una hermosa mujer, que llora amargamente. Tiene largos cabellos rubios que peina permanentemente y que cubren todo su cuerpo. Esta mujer habría fue una de las primeras personas en acudir en auxilio de los heridos y al ver el sitio del suceso fue tal el shock, que no pudo ayudar, falleciendo semanas después de inanición, por no querer alimentarse más.
En la calle larga de Los Laureles, varias personas dicen haber visto una sombra que se mueve de forma muy rápida en dirección a Queronque. Se trataría del mismo demonio, que va en busca de las almas de quienes se aprovecharon de las personas caídas en desgracia durante la tragedia, ya que en el lugar vivirían inescrupulosos que robaron cuanta joya se les vio a los fallecidos.
Por último, la gente que vive en las cercanías del lugar donde colisionaron los trenes señala que por las noches se sienten muchos ruidos, como lamentos, alaridos y sonidos frenéticos. En sus casas, la gente ve sombras y a veces personas que parecían llegar y luego desaparecen frente a la vista de los dueños de casa. //OA


Fotos: http://chile-catastrofes-tragedias.blogspot.com/2010/06/tragedia-ferroviaria-en-queronque.html

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