miércoles, 2 de octubre de 2019

UOKE EL DEVASTADOR


#ISLADEPASCUA

Originalmente, la actual Isla de Pascua era un territorio tan grande y vasto, como el Hiva, la tierra de la cual habrían provenido los primeros habitantes de Rapa Nui. En esa época, un dios, llamado Uoke, se hizo famoso por un juego que repetía constantemente y que tenía que ver con una gran palanca, la cual utilizaba para hundir y levantar los continentes a su antojo y sólo por entretención. Una de estas tierras eran las de Rapa Nui, que en aquel entonces eran vastos y amplios territorios donde la población vivía. Uoke, con su gran vara le daba inestabilidad al océano y cambiaba en un parpadeo la geografía, haciendo aparecer montes y llanos en un movimiento de su garrote.
Ilustración: Lukas Bravo Nicolás.
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Uno de esos días, mientras repetía su juego una y otra vez levantando la tierra de Hiva, llegó a Puku Puhi-puhi.  En ese momento, su garrote se rompió, partiéndose en dos, y con ello, sumergiendo grandes porciones de terreno.  Lo que hoy conocemos, no es nada más que lo que fueron las partes altas, las cimas de las montañas que alcanzaron a quedar sobre las aguas, y en donde la población de Isla de Pascua vive.
Algunos dicen que Uoke produjo la devastación con inundaciones y cataclismos como forma de castigo para la población por las maldades humanas. La isla de Pascua habría logrado sobrevivir, gracias a la intervención de un hombre llamado Te Ohiro, el que en compañía de Ngata Vake lograron soportar los embates de Uoke y su devastación, guareciéndose  cerca del volcán Rano Kau, desde donde observaban la destrucción que el coloso cometía.
Luego de un tiempo, cuando pensaban que ya no resistirían a la catástrofe, Te Ohiro conjuró el mar para que ya no destruyera la isla. Entonces fue cuando el garrote de Uoke se rompió, sobreviviendo Te Ohiro y Ngata Vake, pero en un territorio minúsculo comparado con el que en sus inicios fue Rapa Nui. Una isla perdida en medio del Océano Pacífico.//OA

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